9 abr 2019

Manuel Muñoz Hidalgo habla sobre August Strindberg



P.-¿Cómo podemos explicar al lector quién es August Strindberg?
R.- Tras un ejercicio de identificación y complicidad, con el rito de entusiasmo para ponerse en lugar del otro, en este caso, el genial autor sueco, a través de sus propios testimonios y escritos, sus circunstancias personales, la justa coherencia y el análisis de sus contradicciones, es posible descubrir su interior, no sin riesgo y sorpresa.

P.-  Usted muestra a la perfección en esta obra el desequilibrio mental de Strindberg, sus alucinaciones y miedos. ¿En qué fuentes o textos se ha basado?
R.- Para conseguir una pieza fidedigna y mostrar la realidad, me informé sobre lo que motiva los cambios de carácter, los síntomas de la locura, los tipos de trastornos, las principales enfermedades mentales, las causas que provocan un brote psicótico, con el asesoramiento de psiquiatras y mi propia experiencia en un manicomio donde pasé el turno de noche al cuidado de los pacientes en ese mundo dantesco y desgarrador para hacerme la idea del estado de enajenación. Strindberg estuvo al borde de la locura. Lo cuenta en Diario de un loco, Inferno. Su obra en general ha sido el vehículo para descubrir el pensamiento más íntimo del autor sueco sobre la vida, la muerte, el amor, el
fracaso y el triunfo.

P.- Es un monólogo un tanto especial; pero en realidad, Strindberg no está solo.
R.- Nadie está solo cuando permanece la memoria. Opté por esta forma dramática que aportase mayor veracidad. ¿Quién no habla y se enfrenta consigo mismo y con los recuerdos para encontrar soluciones en estado onírico, depresivo o normal? Hablar es
necesario, aún con el silencio, como alimento de la razón.

P.- Su obra ¿es más una exigencia de la libertad o una denuncia de una sociedad cínica y podrida?
R.- Las dos opciones como portavoz de Strindberg. Si tenemos prejuicios y miedos no seremos libres, fuertes y respetados. Sólo en el orden, conocimiento y disciplina se encuentra la fórmula para conseguir la libertad y denunciar la corrupción, el abuso del
poder y la mentira de los depredadores del bien común, lamentablemente con legalidad.

P.- ¿Se puede decir que al mismo tiempo es una obra intimista y una obra exhibicionista?
R.- En busca de respuesta a dudas y prejuicios, me refugio en el teatro como autoterapia, me miro en él como en un espejo e intento que el lector de teatro o el público haga lo mismo, se vea tal como es sin culpa ni remordimiento. En toda mi obra destaca el intimismo y la exhibición porque además de mostrar los más profundos sentimientos los exhibe con cierto narcisismo y complacencia

P.- ¿Cómo imagina su puesta en escena?
R.- Realista, acorde con el espacio y tiempo de la acción dramática. Los requisitos técnicos pueden reducirse a una simple cámara negra, los elementos de ambientación que irán apareciendo según los cuadros, iluminación adecuada y los efectos sonoros y visuales que matizan el texto. Al tratarse de uno de los dramaturgos más reconocidos en el mundo, que pasó la mayor parte de su vida en el S.XIX, aprovecharía un teatro con escenario a la italiana.

P.- Completa el volumen el texto Isabel y Fernando, rigor y prudencia que nos muestra una imagen poco conocida de los Reyes Católicos; sus desavenencias matrimoniales.
R.- La imagen idílica de Isabel y Fernando es idéntica a la de los matrimonios actuales, también de la Realeza, en la difícil convivencia sin amor, sólo por otras razones. Si además no escribes por encargo o presiones fanáticas, con estudio e investigación ,dispones de suficiente criterio e imparcialidad para hacer un drama serio y creíble con las limitaciones de la intuición, las virtudes e imperfecciones humanas, los conflictos y acuerdos conyugales, no como relatan, si es que aparecen, en las crónicas cortesanas de aduladores y agradecidos.



P.- Su Isabel es culta, luchadora, vehemente, pero ¿tenía algún punto débil?
R.- Los celos, que derivan en egoísmo y esclavizan la voluntad. Estaba enamorada profundamente de Fernando, su marido, que además le era infiel.

P.-  Nos presenta un Fernando astuto, desconfiado, mujeriego impenitente, conspirador. ¿Cómo pudo sobrellevarlo todo Isabel?

R.- Tan inteligente como Fernando, leal y virtuosa, con el atractivo de la generosidad, se responsabilizó de las debilidades y errores del marido, no sólo por intereses, metas y aspiraciones comunes sino por el amor que le tenía. El amor superó las dificultades conyugales y fortaleció su espíritu con la entrega total a sus deberes como reina y esposa en la fe de sus creencias que tanto había defendido y la condujo a tomar
decisiones eficaces, compartir ambos la responsabilidad de sus reinos.

P.-  Para acabar, se le considera uno de los más destacados autores de teatro histórico en España.¿A qué se debe?
R.- La curiosidad, predilección e interés por la Historia y sus protagonistas me condujo al drama histórico, a dedicar la mayoría de mi obra a la recreación de temas basados en acontecimientos históricos o las vidas emblemáticas de sus personajes, que no se deben olvidar, con una visión crítica y didáctica en prosa o verso. He vivido y vivo para el teatro, no del teatro, lo que me facilita la dedicación suficiente para la investigación, hacer el trayecto creativo hacia el entendimiento en solitario, irreverente.



Manuel Muñoz Hidalgo en Conocer al Autor



Manuel Muñoz Hidalgo en Conocer al Autor, lectura de la obra