17 jun 2019

Entrevista a Javier Durán por "Capullo, quiero un hijo tuyo"


P.- ¿Cómo surge la idea de escribir Capullo, quiero un hijo tuyo?
R.- La idea de la obra nace de combinar dos situaciones que vivo a mi alrededor. Al pasar la treintena, hay cierta polarización de mis amistades entre las personas que quieren formar una familia y las que quieren prolongar la adolescencia y vivir con pocas responsabilidades. Entre las primeras, llaman mi atención algunas parejas de mujeres que están llevando a cabo costosos procedimientos para quedarse embarazadas, y veo el drama que supone no llegar a conseguirlo. Entonces se me empieza a ocurrir que sería interesante acercar esos dos mundos y desarrollo la trama en la que las dos mujeres se lanzan a la caza del donjuán como último recurso desesperado para ser madres.

P.- Capullo, quiero un hijo tuyo se estrenó en 2016 en Sala Cero (Sevilla) y desde entonces se mantiene en cartelera con éxito y risas. ¿Cuál ha sido la clave?
R.- Por los comentarios que deja el público en Atrápalo, parece que llama la atención positivamente el hecho de que sea una comedia con un trasfondo humano muy actual. Al público le gusta ver a personajes cercanos a las personas con las que convive. Muchas personas dicen que se sienten identificadas con varios de los personajes. Además, y esto es fundamental para sostener la comedia, el elenco hace un trabajo extraordinario.

P.-¿Se ha reescrito mucho la obra, con la respuesta del público, antes de llegar a ser libro?
R.- La trama principal no ha cambiado nada, pero sí que se han incorporado bastantes réplicas que han nacido en el escenario, de improvisaciones o incluso de errores de alguno de los actores o las actrices. Con cada representación el texto se enriquece.

P.-¿Cómo reacciona la gente ante las dos mujeres que quieren ser madres y acaban buscando un macho de ocasión que las preñe? ¿Ves empatía en el espectador?
R.- Sí, la gente se identifica mucho, porque, aunque es una comedia, he tratado de que no se fuercen las situaciones, y eso genera un clima de cotidianidad que acerca mucho la historia al público.

P.-Las ideas cambian más rápido que nunca; la visión social del feminismo, la homosexualidad, las parejas abiertas, la procreación, el papel del varón, no tiene casi nada que ver con la de hace 20 años. ¿Cómo lucha el autor con esos cambios?
R.- Los abrazo con ilusión. Me encanta ver cómo el feminismo gana cada vez más fuerza, y celebro que las diferentes formas de amarnos tengan cada vez más aceptación. En cuanto a mi aportación a esa lucha, quiero pensar que los relatos contribuyen a esa normalización, pero la parte más importante está sin duda en la calle.

P.-¿Qué evolución ves en ti como autor desde que te lanzaste a esta profesión?
R.- He aprendido mucho a nivel técnico y formal, y ahora siento que tengo más recursos y me permito experimentar con fórmulas menos convencionales. En cuanto a la temática, trato de mirarme menos el ombligo y escuchar lo que sucede a mi alrededor para escribir sobre asuntos más universales.

P.-¿Cómo es la puesta en escena de  Capullo, quiero un hijo tuyo ¿La has imaginado diferente cara a salas comerciales?
R.- La puesta en escena de la obra es la mejor que podemos tener con un presupuesto tan limitado. Hacer teatro en el off requiere de mucha creatividad para lidiar con la austeridad. Para salas comerciales de más envergadura le vendría bien una nueva producción que permitiera renovar sobre todo la escenografía y el vestuario, que sufren mucho con tantas funciones.