11 ene 2017

Entrevista a Pedro Amorós por "El exilio de Dante"


P.- ¿Tu Dante es el personaje histórico o hay alguna libertad necesaria para la acción?
R.- La obra se sitúa en un momento concreto, entre finales de 1301 y principios de 1302, en que se produce una doble condena de Dante. No olvidemos que la primera condena es de exilio y la segunda es una condena a muerte. Para construir el personaje de Dante me he servido de la investigación histórica, de la lectura de libros de crítica sobre la figura del poeta, pero también me he dejado llevar por la intuición y la imagen que procede directamente de la lectura de la poesía de Dante. El resultado, lógicamente, es un personaje a medio camino entre la realidad y la ficción.

P.- Solemos tener una imagen idealizada de Florencia. ¿La Florencia retratada es tan cruel como la de la realidad?
R.- Hay que tener en cuenta que Italia como tal no existía a principios del siglo XIV. Las ciudades italianas funcionaban más o menos como Estados independientes. La vida en las ciudades está marcada por conflictos políticos y religiosos. Y Florencia no escapa a ello. A todo esto hay que unir el enfrentamiento entre el Papado y el Imperio, entre los partidarios del poder papal y los partidarios del poder imperial, un enfrentamiento típico de la Edad Media. Para complicar aún más el asunto, en la obra de teatro he imaginado que, en el momento en que se produce la marcha de Dante, Florencia está afectada por un brote de epidemia.

P.-¿Qué facciones eran las de los blancos y los negros?
R.- Para resumirlo de forma sencilla, podemos decir que eran como dos facciones políticas que trataban de controlar la ciudad de Florencia. La facción de los blancos era más cercana a las necesidades de las clases bajas y populares, mientras que los negro eran algo más aritocráticos. Dante pertenecía a la facción de los blancos, y el año anterior a a su exilio había sido prior de la ciudad, el cargo político más importante, lo cual quiere decir que los blancos controloban la ciudad. Precisamente, el exilio de Dante se va a producir en el momento en que los negros, con el apoyo del Papa, pasan a dominar Florencia.

P.-¿Es una obra que permite un montaje espectacular y al mismo tiempo uno para teatro comercial?
R.- Creo que se pueden manejar las dos opciones. Ciñéndonos al texto se puede hacer un montaje sencillo y yo creo que incluso se podría rodar una pequeña película al modo como hizo Louis Malle cuando filma "Vania en la calle 42" basándose en el texto de Chejov y filmando el ensayo de los actores en el escenario. También, lógicamente, con mayores medios escénicos se podría hacer un montaje espectacular. Caben las dos opciones.

P.-¿Cómo es el Papa Bonifacio VIII que vamos a encontrar en esta obra?
Es un individuo muy sutil, que trata de mover los hilos, que pretende utilizar a Dante para sus intereses políticos. Y emplea al cardenal Matteo d'Acquasparta como intermediario, como elemento de choque. Por eso, el cardenal es un personaje más visceral, más colérico. Sin embargo, el pontífice rara vez se altera.

P.- ¿Podemos esperar que El exilio de Dante llegue a escena? ¿Qué sería necesario?

R.- Está obra está concebida para pocos actores. Pero hay un requisito imprescindible: un gran actor en escena. La obra está saturada de monólogos larguísimos, de una suerte de lamentaciones de Dante que exigen la presencia de un actor que tenga ganas de interpretar a un gran personaje. Por lo demás, sería necesario el apoyo de un productor.