Dentro de los actos de promoción del Día Mundial del
Teatro, Ediciones Irreverentes, hizo
una gira de medios, que englobó la participación de su editor Miguel
Ángel de Rus en El Ojo Crítico
de Radio Nacional, y de los autores Olga Mínguez, Pedro Víllora y Chema Rodríguez
Calderón, y del actor Daniel Alonso
Piñero, en los programas “De uno en uno” de Onda Madrid, dirigido y
presentado por Isabel García Regadera,
y La Biblioteca encantada, en Radio 21, presentado y dirigido por Javier Fernández Jiménez.
Además de ellos, se envió una
información a medios sobre la necesidad de apoyar y proteger la publicación de
textos teatrales:
Cara al Día Mundial del Teatro
parece clara la necesidad de que se editen obras teatrales para lograr que el
repertorio teatral español perdure en el tiempo. Según el Anuario SGAE, “En
2015 se realizaron un total de 49.948 representaciones de artes escénicas, (…)
y hubo 13.571.837 asistentes (…) El teatro es el que tiene un peso específico
mayor en el total de la oferta de artes escénicas, con un 93,7% de las
representaciones realizadas. En 2015 hubo 12.045.487 espectadores de teatro”.
Resulta curioso que para esos más de 12 millones de espectadores, en 2016 apenas se editaran 700 libros de teatro.
El editor de Ediciones
Irreverentes, Miguel Ángel de Rus (Premio a la Mejor
Labor Editorial de la Asociación de Autores de Teatro) pide conciencia
sobre la necesidad de publicar estos textos: “Una obra puede tener un gran
éxito en el teatro, pero es transitorio, acaban las representaciones y el texto
se olvida. El libro teatral permite mantener la vida del repertorio teatral
español. En Ediciones Irreverentes hemos editado obras de Alonso de Santos,
Fernando Savater, Francisco Nieva, Lourdes Ortiz, Miguel Mihura, que en algunos
casos llevaban años sin representarse. Esas ediciones dan la seguridad de que
la obra seguirá viva, que en cualquier momento podrá llegar una compañía de
cualquier país, leer esos textos, y llevarlos a escena. O que llegará un
especialista de una universidad lejana y descubrirá quizá a un autor al que
nadie hizo caso en su época y cuya obra con el tiempo se considerará valiosa”.
Editar teatro es un
trabajo arriesgado, difícil y poco grato, en España: “Vender cien libros de un
texto teatral es todo un éxito” afirmaba en los últimos días Carlos Gil,
uno de los socios de la librería teatral Yorick y editor de Artezblai.
Sabe de lo que habla porque lleva toda la vida dedicada a este arte.
José Luis Alonso de
Santos,
autor de gran éxito con obras como Bajarse al moro, La
estanquera de Vallecas o Fuera de quicio, explica así la
magia del teatro “Yo comencé a escribir teatro porque tenía una compañía y
necesitábamos un texto, me puse a escribirlo porque hacía falta. El éxito es el
respaldo de las acciones humanas, y resulta que escribí la primera obra, luego
otra, y tuve éxito, la sociedad me pagó, me pidió más, y cuando quise darme
cuenta era autor de teatro. El éxito de las obras en escena es muy bonito, ver
la reacción del público, pero eso acaba. Al quedar editado el texto, ya es para
siempre. A mí me pasa que de repente me encuentro a grupos de teatro que están
ensayando obras breves de mi Microteatro, o Dígaselo con
Valium, gente que ha comprado el libro, lo ha leído, le ha gustado, y
han decidido representarlo… Eso es maravilloso”.
Pero al valor de difusión
de la obra, Alonso de Santos le añade un valor educativo “Cuando los chicos jóvenes quieren
escribir teatro lo primero que les digo es: no escribas nada, léete todo
Shakespeare, Lope de Vega, Calderón de la Barca, y luego ya escribirás. Porque
si escribe el hombre lo que le sale del alma, estamos arreglados. Mejor que
escriba lo que le sale de los maestros. Para escribir teatro hay que haber
leído mucho teatro."
En los centros docentes
se leen sólo clásicos del teatro, pero no ser apuesta por los autores
contemporáneos, salvo casos muy contados. Que desde el sistema educativo se
apoyara la lectura de los contemporáneos sería muy valioso para mantener viva
la nueva creación. Para Miguel Ángel de Rus, de Ediciones Irreverentes
“lo más importante de nuestro trabajo es descubrir nuevos autores, en nuestro
caso a gente como Diana de Paco, Juana Escabias, Antonio Miguel Morales
Montoro, Olga Mínguez o Chema Rodríguez Calderón; en el caso de otras
editoriales a autores como Alberto Conejero o Juan Carlos Rubio. Ese trabajo es
el que permite que los dramaturgos emergentes tengan la posibilidad de dar a
conocer su obra”
Lourdes Ortiz rememora el estreno y el
destino de su personal visión de Fedra, “la estrené a principio
de los años ochenta, en Madrid, después se representó en Sevilla. Fue
divertido, yo tenía muchísimo entusiasmo, era la experiencia de la camioneta…
yo iba con mi dos Caballos con la escenografía sobre el techo del coche, atada
con cuerdas, y llegábamos a las ciudades a montar la obra. Tuvimos éxito, lo
pasamos bien, pero ahí quedó la obra -como dormida- hasta 2013, en que me la
edita Ediciones Irreverentes, y para mí es importantísimo, porque es la forma
de que la obra pueda pervivir. El teatro es efímero, si no hay un testimonio
escrito, una vez cae el telón muere la obra. Si nadie hubiera publicado los
textos de Lope de Vega, se habrían perdido una vez celebradas las
representaciones. Quién edito aquellos textos hizo un inmenso favor a la
cultura mundial”.
Para Lourdes Ortiz,
la publicación de sus textos le ha dado una nueva oportunidad “Yo fui directora
de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, pasó el tiempo y perdí las ganas
de la juventud. Pero gané el I Premio El Espectáculo Teatral con mi obra La
guarida, se publicó, y eso le dio nueva vida, y me incitó a moverme, a
luchar, porque sabía que esa obra ya estaba salvada, luego vino Fedra, y
últimamente me han estrenado en el Centro Dramático Nacional mi Aquiles y
Pentesilea y la han editado en libro, y eso me permite saber que mis
nietos podrán leerme dentro de 30 años, si así lo desean, y cualquier amante
del teatro reencontrarse conmigo”.
Chema
Rodríguez Calderón
es uno de los más importante autores del teatro-off español, actor y productor,
“Los textos de Loco, loco cabaret y Trilogía idiota
han sido representados en teatros de toda España: en Madrid en el Teatro Lara y
en el Teatro Arenal, pero también en teatros de Honduras, Chile, Argentina y
Ecuador. Lo más significativo es que tras la publicación de estos libros,
compañías de todas partes se han interesado en los textos. Y algunas de las
obras que recogen, ahora están en proceso de estreno por parte de diversas
compañías. El éxito en el escenario está muy bien, pero el libro de teatro
permite difundir tu obra entre compañías que quizá ni sabías que existían”.
Para Miguel Ángel de Rus, “nuestros best
sellers son autores como Antonio Miguel Morales Montoro, Chema Rodríguez
Calderón o Alonso de Santos, que en algún caso han llegado a los 1200
ejemplares vendidos de títulos como La ciénaga, Trilogía idiota o
Microteatro: eso es fantástico en libro teatral, pero si se incorporaran
al sistema educativo, muchos miles de adolescentes podrían disfrutar de algo
que ni saben que existe”.
Para
acabar sobre la función del Estado en la defensa del teatro nacional, unas
palabras de Alonso de Santos, actual presidente de la Academia de las
Artes Escénicas de España “El Estado, con no molestar, estaría bien. Lo que
pasa es que el estado te llena de impuestos y cargas, no sólo no ayuda a la
cultura, sino que la carga con impuestos abusivos que la aplastan. Lo mejor que
puede hacer el estado es liberar de impuestos a las artes y dejarlas tranquilas”.