Una noche con la muerte y El discurso de los poderes forman el díptico con el que Juan Patricio Lombera ha sido finalista del II Premio El Espectáculo Teatral. En ambas historias, la muerte es la protagonista, aunque su relación con los hombres es muy distinta. En la primera obra, un joven de Chiapas es visitado por la muerte, que pretende llevárselo, pero se encontrará con unos planes bien distintos; los del joven, que en plena efervescencia hormonal, lo que quiere es fornicarse a ese esqueleto sin encantos que dice ser la muerte. Comedia de humor negro, -negrísimo- muy adecuada para ser leída en noche de luna llena en un cementerio lo más decadente posible. Y a ser posible ahíto de peyote. En El discurso de los poderes, un periodista es secuestrado por un grupo guerrillero, que utiliza su vida como moneda de intercambio con un gobierno dictatorial típicamente hispanoamericano. Lo que no podía figurarse nadie en el grupo guerrillero es la cantidad de intereses particulares que hay en un Estado y cómo antes de tomar una decisión, lo que menos se valora es la vida humana; y que el propio periodista tiene una carta negrísima en la manga. ¿Y la sociedad civil? Borracha en una taberna de mala muerte, haciendo apuestas.