Clau-Clau-Claudio. Todo el mundo se ríe de ti. Ahora puedes hablar alto y claro. ¡Que tengas suerte, Clau-Clau-Claudio! "Al realizar la versión teatral de la famosa novela de Robert Graves, he tratado en todo momento de transmitir esa dolorosa decepción, esa amargura que tantas veces la conducta de los poderosos, en el ejercicio de sus cargos, despierta en los seres humanos. Ese dolor late siempre en esta novela de Gaves, a través de la vida y palabras de Claudio. Y, a la vez, he tratado de comunicar la esperanza que ese grito humano despierta en nosotros -en todos los que intervenimos en el espectáculo-, al intentar transformarlo en creación escénica por medio de nuestro trabajo: la aventura mágica del teatro permite convertir el sufrimiento humano en esperanza."