Tras un soso y
aburrido partido de liga, el capitán del Real Madrid, Luis Quiroga, roba una
pistola y se la Historia de Esperanza es nombre de mujer o
la Ley de Vagos y Maleantes de Otra vez el fuego.
encierra en el vestuario bajo amenaza de suicidio. La policía, tras varios intentos fallidos por hacer entrar en razón al futbolista, decide dejar que sea Álex, capitán del Atlético de Madrid y amigo personal de Quiroga, quien trate de solucionar tan desconcertante situación. A solas en el vestuario, Álex y Quiroga recordarán sueños pasados y fantasías futuras, haciéndonos partícipes de la angustiosa realidad en la que viven: la homofobia dentro del fútbol. Una realidad que les ha llevado al límite, siendo sus almas las encargadas de poner las cartas sobre la mesa. Un despliegue de sinceridad y de dolor compartido, de intimidad y de introspección desgarrada, cuyo desenlace final baila penosamente entre la muerte definitiva y la sanadora catarsis. Si Solos en la cumbre encierra una clara y directa denuncia social, las piezas breves aquí recogidas apuntan en la misma dirección. Desde la situación de los exiliados del Stanbrook en Cadáveres en el puerto, hasta el acoso escolar en No me hables del Infi erno, pasando por los malos tratos de Cartas de amor sin remitente, el papel de la mujer en
encierra en el vestuario bajo amenaza de suicidio. La policía, tras varios intentos fallidos por hacer entrar en razón al futbolista, decide dejar que sea Álex, capitán del Atlético de Madrid y amigo personal de Quiroga, quien trate de solucionar tan desconcertante situación. A solas en el vestuario, Álex y Quiroga recordarán sueños pasados y fantasías futuras, haciéndonos partícipes de la angustiosa realidad en la que viven: la homofobia dentro del fútbol. Una realidad que les ha llevado al límite, siendo sus almas las encargadas de poner las cartas sobre la mesa. Un despliegue de sinceridad y de dolor compartido, de intimidad y de introspección desgarrada, cuyo desenlace final baila penosamente entre la muerte definitiva y la sanadora catarsis. Si Solos en la cumbre encierra una clara y directa denuncia social, las piezas breves aquí recogidas apuntan en la misma dirección. Desde la situación de los exiliados del Stanbrook en Cadáveres en el puerto, hasta el acoso escolar en No me hables del Infi erno, pasando por los malos tratos de Cartas de amor sin remitente, el papel de la mujer en
La autora: OLGA MÍNGUEZ PASTOR
(Elche, 1979)
Licenciada en Historia por la
Universidad de Alicante, compagina su trabajo como profesora
de secundaria con la dirección y la dramaturgia teatral.
Ha publicado en Ediciones Irreverentes las obras Pasajes a
Orán, Solos
en la cumbre y una recopilación de teatro breve. Funda en 2010
la compañía Melpómene Dacria, con la que dirige textos propios que
posteriormente serán publicados como El atardecer de Cristal, Lo que el
tiempo nunca curó y la misma Pasajes a Orán, además de obras de reconocido
nombre como La soga de Patrick Hamilton. También ha publicado dentro de La
antología de teatro juvenil, El tamaño no importa V y su textoCartas
de amor sin remitente fue seleccionado como lectura dramatizada para el XV
Salón Internacional del Libro Teatral. Fuera del teatro, ha participado en la Antología del relato
negro V, también de Ediciones Irreverentes.
Más información en la web de Ediciones Irreverentes